Faruk Abusleme: Los ojos palestinos que han mirado a La Unión por 55 años

Publicado el Sunday, November 22, 2015

Entrevista extraída del periodico Tus Voces Llegó hace más de medio siglo con sus padres huyendo del yugo de Israel,

Entrevista extraída del periodico Tus Voces

Llegó hace más de medio siglo con sus padres huyendo del yugo de Israel, ha vestido a miles de personas y observado los avatares de la capital del Ranco.

Para muchos es un tesoro humano vivo. Faruk Abusleme Bader, hijo de inmigrantes Palestinos que huyeron los primeros combates de la Franja de Gaza, es el dueño de unos de los locales más antiguos y con más tradición de La Unión: Casa Sevilla.

“Llegué a los 7 años a Chile, nos radicamos primero en Santiago,  en 1960 nos trasladamos a  La Unión. Llegué  junto con mis padres, mi hermana, una de mis abuelas y un tío en el año 1949, cuando se inició el conflicto entre Israel y Palestina, pensando que solo iba a durar un par de años y de ahí íbamos a volver”, recuerda.

      Desde  entonces, la evolución de la ciudad “ha sido grande, he visto que ha ido creciendo, se han  perdido industrias, como Catamutun, y la Sociedad de Linos, pero es una ciudad que tiene vida propia, tiene actividad agrícola, maderera, comercial,  bancaria, mantiene buenos centros médicos, un hospital”.

“ Muchos piensan que todos los palestinos, trabajan en el rubro de la paquetería y textil, pero la verdad es que no es así, porque allá también hay carnicerías, fruterías, hay de todo, lo que pasa es que los primeros inmigrantes que llegaron venían arrancando del dominio Otomano, salían a vender a los campos y por los barrios el rubro paquetería y ahí fue que se arraigó en la colonias árabes el desarrollo de este negocio, y después lo continuaron los hijos y nietos de los primeros inmigrantes que llegaron al Chile.

Cada día quedamos menos, ya que las nuevas generaciones han optado por estudiar, y hay muchos profesionales, por lo que se ha ido perdiendo este negocio, hoy son los chinos los que desarrollan este rubro”, reflexiona.

      Para este hincha de Palestino, a pesar de los años, Casa Sevilla, sigue liderando algunas áreas. “Hay una situación paradojal, porque pese a que el rubro textil ha perdido gran espacio en el comercio,  hay telas que las multitiendas no las tienen, como las que se usan para uniformes escolares, las  estampadas para los conjuntos folclóricos, los delantales;  pese a que las tiendas son muchas y traen muchos productos, estos no cuentan con una gran calidad en la confección”

Casa Sevilla es una marca  en La Unión y ha vestido a miles de personas. “Creo que voy en la cuarta o quinta generación en algunas familias, ya que durante los años 60 venía el abuelo, luego venían los hijos, los nietos y los bisnietos en algunos casos, la relación que se genera con los clientes es algo que aún lo llena.

EL FUTURO DE CASA SEVILLA

“Recuerdo que cuando era niño y vivíamos cerca de Jerusalén,  veía caer las bombas cerca de mi casa.  Cuando nos vinimos no vendimos ninguna de las propiedades, ya que creíamos que volveríamos.  Con el correr del tiempo Israel, con la ayuda de las grandes potencias como USA, se fue metiendo más en territorio Palestino y las propiedades que eran de mi familia fueron confiscadas, y nunca las recuperamos y hoy en día hay un asentamiento Judío ahí y unos edificios de departamentos. Logramos  vender un par de propiedades de la sucesión de mis tíos y mi padre, pero a un valor muy bajo del real.

Nunca volví,  porque no puedo entrar por tener nacionalidad Palestina. Yo no me he nacionalizado chileno, no porque no quiera ser chileno, sino  porque para nacionalizarme debo renunciar a ella y no quiero perderla”.

En relación al futuro de Casa Sevilla, agrega que “yo tengo descendencia, por lo que el día que me canse o no pueda por alguna circunstancia atender el mesón, esto se va a cerrar, porque no hay quien pueda seguir con este rubro, y  mis sobrinos son todos profesionales, y no tendría a quién dejar, no sé otra persona ajena a la familia, se interese en continuar en este lugar…  yo ya tengo, bastante años de circo, en un par de años más ya tendré que colgar los botines, apelando al término futbolístico y recogerme a mis cuarteles de invierno, pero mientras tenga ganas de trabajar voy a seguir sirviendo a La Unión y a las comunas vecinas.

Llevamos 55 años y en un par de años más creo será el tiempo de bajar definitivamente la cortina”, señala tras su mesón.

 

Por Camilo Vidal.

Foto: Paula Mena.